LOS PADRES Y EL FÚTBOL
Son ya muchos sábados y domingos los que llevo en mi camino
por el fútbol. Como entrenador, como miembro de la RFAF o simplemente como un
aficionado más. Temporada tras temporada siempre me encuentro esos padres que con mucha ilusión siguen a sus hijos en los partidos. Padres que animan, alientan y apoyan a sus hijos durante la competición y
después de ella. Pero desgraciadamente también padres que dificultan
el desarrollo normalizado del deportista, del niño. Padres que vociferan en la
grada, en la valla, a pocos metros de su hijo y de sus compañeros sin ser
consciente que todo se escucha y todo afecta. Faltan el respeto al
árbitro, al entrenador, a los compañeros y lo más importante de todo faltan el
respeto al verdadero objetivo de su presencia allí: SU HIJO. No son conscientes
del modelo que están mostrando y menos aún de lo que por la cabeza de su hijo
pasa en ese momento cuando se da cuenta de lo que está haciendo su padre.
Simplemente hay que escucharlos para saber lo mal que lo pasan y las
dificultades que ello le origina. Os dejo una carta que encontré por la
red de un niño a su padre. Debemos de reflexionar todos sobre ello y pensar qué
podemos hacer para que no ocurra.
¿Pero, qué estás haciendo?
No
sé cómo decírtelo. Seguramente crees que lo que haces es por mi bien, pero no
puedo evitar sentirme extraño, molesto, y mal. Me llevaste a la piscina cuando
todavía no iba al colegio y más tarde me apuntaste al club. Me gusta entrenar
durante la semana, hacer bromas con los compañeros y jugar el fin de semana,
como lo hacen los equipos grandes. Pero cuando vas a los partidos.... No sé....
Ya
no es como antes. Ahora no me das un golpecito en la espalda como cuando
acababa el partido, no me invitas a un bocadillo. Vas a la grada pensando que
todos son enemigos. Insultas a los árbitros, a los entrenadores, a los
jugadores y a los otros padres... ¿Por qué has cambiado?.
Creo
que padeces y no lo entiendo. Me repites que yo soy el mejor, que los otros no
valen nada a mi lado, que quien diga lo contrario se equivoca, que solo vale
ganar. ¿Que por qué fallé un gol tan fácil?.
Creo
que piensas que soy como cualquier jugador de la selección española... y no te
das cuenta de mi corta edad.
Aquel
entrenador que dices que es un inepto, es mi amigo, el que me enseñó a
divertirme jugando. El chico que el otro día salió en mi lugar.... ¿te
acuerdas? Sí, hombre, aquel al que estuviste toda la tarde chillando porque no
servía ni para llevar la mochila, como tú dices; este va a mi clase, cuando lo
vi el lunes, sentí vergüenza.
No
quisiera desapasionarte. A veces pienso que no tengo suficiente calidad, que no
llegaré a ser profesional y a ganar dinero. Me acaparas. He llegado incluso a
pensar en dejarlo....
¡¡¡
Pero me gusta tanto !!!
POR
FAVOR, NO ME OBLIGUES A DECIRTE QUE NO ME VENGAS A VER JUGAR...
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