PERIODISTAS Y FÚTBOL
En todos los sectores de la sociedad, la unión de las
fuerzas suele ser productiva y una de las claves del éxito de cualquier
proyecto. La figura del periodista crea cierto recelo en algunas personas, pero
es un error dar la espalda a uno de los vehículos más importantes de la era
moderna: la comunicación. Lo ideal es que se produzca la conexión adecuada
entre los transmisores, los informadores, y los clubes y organismos que
componen el mundo del fútbol. Una relación cordial y fluida se puede establecer
sin demasiadas dificultades y, a la larga, todas las partes obtienen un claro
beneficio.
En el camino, suelen aparecer dificultades, porque es
evidente que, a todos, nos gusta que sólo se refleje la mejor de nuestras caras
y no siempre ocurre. Debemos entender la crítica como un análisis que nos sirve
para mejorar y crecer, aunque no agrade; y el elogio, como una recompensa al
trabajo bien hecho.
Los periodistas, con sus aciertos y sus errores, son una parte necesaria, muy
necesaria, dentro del fútbol. En el aspecto positivo, construyen una caja de
resonancia para que toda la información que nos interesa llegue al gran público
y ayuda a que el interés por este deporte esté en constante crecimiento. Otra
labor importante, en el tratamiento de aspectos negativos, es la publicación de
asuntos turbios o hechos lamentables que deben desaparecer de nuestro deporte.
No es difícil cultivar una buena relación con el mundo del
periodismo. Un trato correcto, una mínima infraestructura para que puedan
desarrollar su trabajo y cierta facilidad para que puedan acceder a la
información es suficiente. También, y dependiendo de las posibilidades
existentes, una persona se puede encargar del trato directo con los medios de
comunicación. Si las grandes multinacionales y los mejores equipos del mundo
dedican una inversión importante a este apartado es que obtienen rentabilidad,
en todos los sentidos.
No podemos olvidar que el periodista, siempre dentro de la
objetividad que requiere su trabajo, será más cercano, como todo ser humano, si
se le dan las condiciones mínimas necesarias para realizar su labor. Y, sobre
todo, agradecerá que se respete la libertad en sus opiniones, aunque algunas no
nos gusten. La relación no debe depender de una crítica favorable o negativa.
De esa forma, se produce la sinergia necesaria para que todos salgamos
beneficiados.